Spread Eagle (B. Skow, 2011)



Spread Eagle no es la película del año ni pretende serlo, pero es un producto original, entretenido y realmente efectivo que no hay que perderse. En plena vorágine de adaptaciones porno de historias de superhéroes salidos del cómic, Vivid se ha sacado de la manga un héroe nuevo y original de manos de David Stanley (guión) y B. Skow (dirección), el equipo creador de, en mi opinión, la mejor película del año pasado, 'The Condemned', y una de las mejores parodias de este año, 'The Incredible Hulk'.

  
Se trata de una historia de venganza de manos de un héroe justiciero con poderes adquiridos de un animal, un clásico del cómic. Igual que a los padres de Batman, un ladrón callejero mata a la novia de Tommy Gunn y le hiere de muerte en un callejón oscuro. Agonizando, un águila se posa en su cuerpo y derrama en su herida tres gotas de un líquido que le devuelve la vida a la vez que le confiere, junto a rasgos de su apariencia como el pico o las alas, la velocidad, la vista y el poderoso grito del águila.


Se trata de una historia oscura y seria, pero con los toques surrealistas, cómicos y algo ridículos de todas las historias de superhéroes. No se trata de una gran producción, lo que se nota en el intrusivo audio ambiente y en un despliegue comedido a la hora de rodar que en ocasiones da la apariencia de producto barato. Sin embargo, Skow sabe aprovechar los recursos contando la historia con los elementos justos y utilizando animación.


Las transiciones de secuencia utilizan frames enmarcados en viñetas y las grandes secuencias de acción están hechas con dibujos al más puro estilo del cómic americano, realizados con maestría por Alec Knight. Ya habíamos visto elementos de animación en otras producciones X como "Janine loves Jenna" o "Black Worm", pero aquí es donde mejor funciona, tanto para llevar a cabo la producción sin un gasto ni complicación excesiva como para contar la historia sin caer en el ridículo ni la incredulidad.


La historia es previsible, pero funciona pese a los escasos minutos de trama (unos 20) y las largas secuencias de sexo, algunas de hasta 25 minutos. Y es que Skow inicia el filme con sexo. La película abre con un plano heredero del mejor John 'Buttman' Stagliano, un contrapicado del culo en tanga de Asa Akira mientras limpia su piso. Sin mucho diálogo de por medio, Tommy llega al piso y nos brinda la primera escena de la película, de casi media hora, una escena potente pero sin anal donde ambos se entregan a un espetáculo rodado de manera bastante sucia.


La película comienza realmente a continuación con el incidente en el callejón y la resurrección y transformación de Tommy en Spread Eagle. Lo que viene después es Spread Eagle haciéndose el héroe por ahí y, durante la aventura principal, teniéndo la oportunidad de vengar el asesinato de su mujer. Y en el transcurso de todo esto, aparecen en la historia numerosos extras y secundarios entre los que destacan Lily Labeau, la chica mona de la película, y el malvado de la historia, el mafioso Big Lee, interpretado por el enorme Lee Stone.


Y entre salvalmentos, peleas, venganzas, chantajes y amenazas, tienen lugar las escenas sexuales. La primera es la ya mencionada de Asa Akira. Y la cosa no va a menos, sino que más tarde llega la que es la mejor escena de la película, un festín en exteriores entre Lexi Belle, John Strong y Marcus London en el que la rubia muestra lo mejor de sí misma en una escena potente y excitante, pero también sin anal, como todas.


Más tarde Lee Stone se lo hace en su guarida con Tanya Tate, que se esmera en el oral y que encantará a los fans de las MILF siliconadas, y Lily Labeau salva con un polvo curativo a un herido Tommy Gunn en la azotea, esta última, una escena mejorable en la que Lily no da lo mejor de sí misma. Para compensar, cierra la parte sexual una morbosa Katia St. Ives, que interpreta a la hermana de Lily, y se monta un estupendo interracial con su captor, Jon Jon, donde ella lleva la voz cantante con energía y morbo y desaciendo al espectador con sus ganas de sexo y su gesto morboso.


Lo dicho, no esperéis una gran producción ni efectos especiales, sino una película diferente que vale la pena ver por su original parte argumental y  por su potente lado sexual. Una nueva obra de B. Skow y David Stanley, que siguen imprimiendo su sello original a todo lo que hacen.













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