'Fighters' será otra de las grandes contendientes al premio a la mejor película en los AVN. Lo consiga o no, Robby D. podrá estar orgulloso igual por haber hecho la mejor película de su carrera a nivel guión y dirección. Un filme bien planeado, que transmite en cada plano, con buenas interpretaciones, un ritmo pausado sin ser lento, y sobre todo una película atrayente en todo momento gracias a una buena dirección de escena y de actores (la mejor de Robby), que hace que te intereses por los personajes, sobre todo por el de Jesse Jane.
La película cuenta la historia de dos personajes, Jesse (una chica conflictiva enfrentada con su padre desde la muerte de su madre) y Kayden (una chica rica con padre ausente), dos chicas de mundos opuestos que cruzan sus caminos cuando los conflictos con su familia las llevan a adentrarse en el mundo del boxeo amateur.
Jesse Jane y Kayden Kross pasaron tres meses estrenando y recibiendo lecciones de boxeo para esta película. No sé apreciar si consiguieron dominar este deporte, pero sí que les sirvió para sentirse cómodas con los guantes y meterse en el papel. Y es que interpretativamente, ‘Fighters’ tiene un alto nivel y supone el mejor trabajo de Jane en este campo, sobre todo en las escenas de conflicto y enfrentamiento, con una interpretación más contenida que la habitual.
También hacen un buen trabajo Scoot Nails, cada vez mejor interpretando, Tommy Gunn (haciendo de padre de Jesse Jane y Riley Steele) y la maravillosa Stoya, que roba la atención del espectador esté con quien esté en la escena. Siempre muy natural, la cámara la ama y arrasa en las partes más eróticas con su interpretación, como cuando seduce/vende a su novio a la hija de la criada de Kayden. Peor trabajo nos trae Kayden Kross, menos fría que en anteriores ocasiones, pero que sigue sin convencer en los momentos dramáticos, y el español Ramon Nomar, que anula todo su esfuerzo interpretativo con un inglés nefasto.
Pese a que el ritmo de la película no decae, se le puede achacar un fallo de estructura de guión, ya que dedica mucho tiempo a Kayden al principio con hasta tres escenas sexuales de su historia, antes de ver la relación con el boxeo de Jesse. Robby D. debería haber retrasado algunas de las escenas de Kayden hasta después de la llegada de Jesse al gimnasio (que llega muy tarde) para enganchar más al espectador.
Luego Robby acierta al dejar una parte central con poco sexo para desarrollar bien la trama, una historia de superación de conflictos interiores mediante golpes al exterior que pese a cierto halo de telefilme funciona gracias a un guión sólido, buenos personajes, una buena dirección, un buen trabajo de los actores y una gran banda sonora bien utilizada, que combina desde rap o rock hasta música instrumental.
El sexo no desmerece la parte argumental, aunque podría haber sido mejor. El principal fallo de la parte sexual es que las ocho escenas de la película son de chico/chica, echándose en falta algo de variedad. Robby D. pierde dos buenas oportunidades de montar tríos (ambos con Stoya de por medio) que hubieran encajado bien en la historia y con los personajes y nos deja con las ganas con sólo escenas de pareja, y además sin ningún anal. Pese a esto, hay que reconocer que el filme tiene buenas escenas sexuales, donde no sólo destacan las chicas sino también los performers masculinos, en concreto los latinos Toni Ribas, Manuel Ferrara y Ramon Nomar.
Una de las más destacadas es la que mantiene la pálida Stoya con el español Toni Ribas. Stoya brinda sus habituales caras y risitas durante el polvo que encantan a todos, pero además se muestra mucho más pasional y carnal que de costumbre con el español, con el que consigue un buen squirt (en primer plano, no le vemos la cara cuando se corre) y finaliza el acto sin que veamos a penas una gota de semen, ya que Ribas se corre en su boca, no en su cara, y Stoya se lo traga todo.
También sobresale la escena que tiene la dulce Riley Steele con el gallego Ramon Nomar, con buena parte del polvo cabalgando sobre un Nomar de pie, con una dosis de rimming anal y bastante química entre ellos. Y, aunque no me lo esperaba, también funciona bastante bien la primera escena de Kayden Kross (con Ferrara), bastante más pasional y menos artificial que de costumbre y disfrutando de las embestidas del francés mientras se mete unos cuantos dedos en el culo.
La otra escena de Kayden (ahora con Charles Dera) no es tan intensa, volviendo a relucir esa extraña artificialidad que emana la rubia y dejándose ir solamente en un intenso orgasmo que le provoca Dera con su mano. Y Stoya también regresa (esta vez con Eric Everhard), con quien repite sus grititos y caras y se ve que se divierte follando, pero sin llegar al espectador, excitando igual en la escena que sin Everhard.
La escena más aburrida es la de Bibi Jones, la típica escena DP sin alma con sensación de deja vu. Y decepciona un poco la de Jesse Jane, que siempre destaca cuando se desata y que aquí se muestra más comedida, follando junto al ring, en un buen polvo pero que no destaca. Y finalmente, Erik Everhard se tira a Vicky Chase en una escena potente con la que disfrutarán los que les gusta Chase, que no es mi caso.
El final del filme es cierto que puede decepcionar a más de uno, dejando al espectador sin un KO final (aunque se puede intuir). Robby le resta importancia pujilística al combate entre Jane y Cross (bastante bien rodado, con buenos movimientos de cámara aunque con exceso de cámara lenta al final), mostrando sólo las consecuencias internas de la lucha, cómo a base de golpes en el ring han lorgrado vencer a sus frustraciones y sus problemas internos y con su familia. Un final coherente con la historia que ha querido contar Robby y que resuelve bien las tramas, pero que te deja un poco a medias.
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