Hasta que el sexo nos separe (Roberto Valtueña, 2011)

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Roberto Valtueña me brindó la oportunidad hace algo más de un mes (me fue imposible ir a la presentación) de ver un screener de su nueva película, "Hasta que el sexo nos separe", que sale a la venta este mes de febrero. Se trata del eterno proyecto "La Vida Privada de Helena Brasal", que finalmente ha cambiado de nombre. Y la verdad es que "Hasta que el sexo nos separe", independientemente de si nos gusta o no, no es la película que esperábamos de Roberto Valtueña. Entendedme, no es un reproche, es simple y llana sorpresa.
Imagen del rodaje de la película en julio de 2009
Y es que tras visitar el thriller de tensión en "The Gift" y la acción/ciencia ficción apocalíptica en "Mundo Perro & The Resolution", Valtueña vira hacia la comedia (o tragicomedia) costumbrista. En términos (quizá demasiado simples) de cine convencional, sus anteriores películas eran filmes de Hollywood y esta es cine español. Y de nuevo no uso estas palabras como reproche, sino como definición de un producto, ya que Valtueña nos ofrece una historia contemplativa, sin claro avance narrativo hacia un objetivo o desenlace, sino una historia de personajes. Lo que se nos narra no es una presentación, un conflicto claro y una resolución a la que se llega con un desarrollo con tensión, sino, como muchas veces hace el cine español, una porción de la vida de una persona en la que lo que le rodea pone en jaque su manera de vivir.

Roberto Valtueña dando indicaciones a los protagonistas del filme, Lesly Kiss y Manuel Falcón
Y esta persona es Helena Brasal, interpretada por Lesly Kiss, una actriz porno emparejada con un funcionario algo aburrido y con prejuicios que se obsesiona con un artista que la quiere usar como musa. Helena nos los explica todo a la cámara, rememorando gracias a flashbacks (un clásico en la narración de Valtueña) un pedazo de su vida que le sirve para definirse ante el espectador, para mostrar quién es y reafirmarse ante nosotros.

Helena Brassal (Lesly Kiss) en el metro de Barcelona durante la película
La película empieza con buen ritmo y un tono desenfadado, presentándonos a la protagonista, a su novio y a su amiga y dejando caer lo que vendrá después. La parte del artista es la más importante, la que centra la trama, pero en ocasiones resulta algo larga ya que no presenta nuevos conflictos ni crea una tensión creciente, y Valtueña se mueve por otros lares para plantear escenas sexuales incidiendo en la personalidad de Helena, pero sin que la historia avance sustancialmente. Y es que todo gira más alrededor de su personalidad y su forma de vivir que de lo que le sucede, con lo que "La Vida Privada de Helena Brasal" quizá hubiera sido el título más adecuado.
Valtueña dando consejos a Lesly Kiss, David Galant y Dunia Montenegro
La ciudad de Barcelona es la otra gran protagonista, ya que Valtueña nos ofrece un paseo por las zonas más turísticas a ritmo de una excelente banda sonora (la ciudad podría usarlo como vídeo promocional). El tan anunciado tema de DJ Kun suena en los créditos finales (junto a imágenes de making off), pero durante toda la película se puede disfrutar de un gran score y buenas canciones.
Escena de la película con Manuel Falcón y Lesly Kiss
Y así como es aceptado por todos que Valtueña hace Cine X con mayúsculas (es quizá, el único que queda en España), no se puede negar que hace un porno excepcional. Y es que junto a los grandes valores de producción y a su manera de tratar las historias, algo que ha caracterizado a Valtueña en todas sus películas son sus artísticas, variadas, potentes y excitantes escenas de sexo. Y en "Hasta que el sexo nos separe" hay para todos los gustos.
David Galant y Lesly Kiss
Todo abre con una sucia y encadenada introducción erótica (con Joni la Paz, Adriana Lux, Emanuelle Diniz y Nando Rico) que pone las pilas a los espectadores y nos introduce en el día a día del trabajo de la protagonista, una chica salvaje que ama el sexo y el porno. Y luego nos lleva a su vida privada, a su casa, donde tiene lugar una divertida y caliente escena entre Lesly Kiss, Dunia Montenegro y David Galant, que se lo montan frente al balconcito del cuarto con una voyeur en el edificio de enfrente, una caliente María Lapiedra que se masturba con todas las ganas del mundo.
Imagen de la orgía final de la película
El sexo sigue y cambia de tercio en cada ocasión. Tenemos un striptease de Alexa en la barra que embelesa a una tímida Lady Mai; dos chicas (Yara Lamas y Jade) disfrutando de una polla con rimming, oral profundo y un squirt salvaje; un poco de fetish con juego de luces y corrida en los pies; una escena bisexual con dos chicos (Andrea Suárez y Ted Baró) y una chica (Yara Lamas), y a Lesly Kiss forzada por un imponente Rob Diesel. Todo eso en una misma y fantástica secuencia en un sórdido club.
La stripper madrileña Adriana Lux en uno de sus últimos trabajos en el porno
Presenciamos una impresionante escena onírica en exteriores, con una Lesly descabezada y con consolador en la boca que le penetra el coño a Melody Star (atentos a esta delicia de chica), starlet que luego se lo monta con Rob Diesel (ambos, representación del demonio en la torturada mente de Kiss). Lesly tiene también breves momentos pseudosexuales con el actor Manuel Falcón, que pese a no tener escenas de sexo (no es actor porno) tiene la boca bien metida en el culo de Kiss.
Lesly Kiss lo da todo en la parte sexual y en la interpretativa
Y llegando al final se acerca lo más duro, con Kiss sometiendo a una estupenda Lady Mai con juego anal incluido y una fantástica orgía con Lesly, Mai, Galant y el cuarteto inicial , Joni la Paz, Adriana Luz, Emanuele Diniz y Nando Rico.
Imagen de la orgía final de la película
La factura es la propia de Valtueña, la manera de narrar (el abusivo fashback) también, la parte sexual es de su fantástica marca de la casa y, encima, el director nos muestra algunas de sus obsesiones: véase, el arte como motivo erótico, ya visto en una magnífica escena y en una subtrama argumental en "Mundo Perro & the Resolution", o la mujer como eje de la historia entre la fragilidad y la rabia sexual.
Emanuelle Díniz sometida con cadenas en la escena inicial de la película
No puedo terminar sin dedicar unas líneas a la parte interpretativa. Manuel Falcón, actor convencional de teatro, destaca con una interpretación inusual para el porno, mostrándose realmente imbuido en el papel. Lesly Kiss, sobresaliente en "Mundo Perro & The Resolution", muestra aquí otra faceta interpretativa que, aunque algo sobreactuada en algunos momentos, hace que te creas el personaje con un trabajo excelente en puntos clave como cuando somete a Mai o en la magnífica escena (tanto por su parte como de guión y dirección) cuando habla con su familia por teléfono en la bañera.

Lo mejor: Que siga habiendo gente que hace porno argumental de calidad

Lo peor: La falta de conflictos que capten el interés en la parte central



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