Drácula (Mario Salieri, 1994)

Me he de quitar el sombrero americano ante los maestros europeos y admitir que Salieri es uno de los grandes. El director italiano demuestra su talento como cineasta en su versión particular de la novela de Bram Stoker. Y lo que marca a esta película oscura y de tintes clásicos es justo eso: que Salieri no realizó una versión pornográfica de la película de Coppola, sino que se inspiró (muy libremente) en la novela de Stoker. Y para llevarlo a cabo contó con la participación estelar de Ron Jeremy y un impresionante planel femenino que inlcuye a Dalila, Deborah Wells, Draghixa, Maeva y Selen, entre otras.


Tres hermanas (Selen, Draghixa y Maeva) criadas en Inglaterra viajan a Rumania junto a su primo para tomar la herencia de su familia, un gran castillo que guarda un pasado tenebroso: el cuerpo de Vlad el empalador, asesinado y humillado después de la muerte. El primo de las tres chicas planea quedarse con toda la herencia y acabar con ellas, pero un peligro mayor acecha a la familia.


Los puntos a favor se dan casi por supuestos. Bien narrado, muy bien rodado, con los aspectos técnicos más que correctos (excepto algún efecto especial algo pobre), una cuidada ambientación y un clima muy bien creado. Sin embargo, no todo pueden ser alabanzas, y Salieri flaquea en la concepción de lo que mejor sabe hacer, la narración. Y es que la película tendría mucha más fuerza si se obviara la adaptación de la novela de Stoker y se planteara como un filme de vampiros.


Y es que Salieri une la trama principal del filme con la historia de Vlad el Empalador de forma demasiado etérea y sin un sentido claro. De hecho, parece que la introducción del filme, antes de los créditos, con la muerte de Vlad y su amada, sea sólo una simple excusa para crear el apresurado final que acontece y  darle nombre a la película. Durante la trama principal no se hace mención a la historia de Vlad y es el espectador el que debe intuir la relación. Es como si tuvieramos dos películas diferentes. El problema es la película se llama "Drácula", pero hay muy poco de Drácula en ella.


Así mismo, se echan de menos secuencias de introducción de personajes como los detectives y el cazavampiros, que aparecen de improviso y desaparecen acto seguido. Es posible que estos fallos se deban más a un recorte en el montaje que a un fallo de Salieri, ya que la película se queda en 64 minutos, un metraje francamente corto que se hace notar en el resultado final. Así, aunque la narración fluye bien, se encuentran fallos de contenido que, como he dicho, se puede deber a un montaje demasiado ajustado. El cartel de la película constituye un tema a parte. Resalta una imagen totalmente inexistente en la película y que imita a la del cartel original, tanto en las figuras como en la letra. Marketing.


Pese a todo, al César lo que es del César. La trama principal fluye a la perfección y Salieri maneja bien a sus personajes por la escena. La chicas van cayendo sexual y mortalmente y Ron Jeremy se lo pasa como nunca atacando por ambos flancos. Pese a tener un par de escenas de relleno, Salieri funde las escenas de muertes con las de sexo con bastante talento y logra que ambas cosas fluyan sin interrumpirse la una a la otra, uno de los fallos habituales del porno argumental actual.


Y es que si la narración está bien realizada, el sexo eleva todavía más el nivel. De nuevo honores al César, esta vez en la parte sexual. Un fantástico reparto femenino lleno de mujeres bellas y cuerpos esculturales para diez escenas sexuales, a cual mejor, con morbo, pasión y buena acción oral y anal.


Empezamos con dos escenas consecutivas. Deborah Wells, Roberto Malone, Selen y Tania Larivière se lo montan en el Castillo (con fantástica banda sonora) y, sin dar tiempo a que te recuperes, tras la corrida, Selen desaparece y tenemos un trío con las anteriormente mencionadas. En el carruaje en el que viajan, Jean-Yves Le Castel y Ron Jeremy someten a Draghixa. Más tarde, Ron vuelve a la carga con la escultural Selen y, poco después, Dalila, Jean-Yves Le Castel y Richard Langin se lo montan en la taberna.


La espectacular Maeva se ve sometida a Ron Jeremy en los sótanos del castillo y, más tarde, Jean-Yves Le Castel y Ron Jeremy caen en las garras sexuales de la vampira Simona Valli. La siguiente escena es una de dobles parejas con Don Fernando, Draghixa, Eric Weiss y Joy Karin's. Más tarde, en exteriores, John Walton se beneficia a Valentina Velásquez para después, hacer lo propio con Joy Karin's, culminando la escena con una felación a través de un velo negro. Buenas escenas de sexo que muestran que Salieri no sólo era grande narrando sino también seleccionando un buen reparto y rodando sexo.


"Drácula" es uno de los filmes más célebres del maestro Salieri y una buena muestra del porno europeo de mediados de los 90. Y sin duda también es un buen catálogo de las fabulosas chicas que poblaban el cine europeo hace más de una década: mujeres naturales y pasionales que miran de frente y desde arriba a muchas de las artificiales estrellas de hoy en día.

Lo mejor: el reparto femenino y la buena mano de Salieri en la dirección

Lo peor: Es demasiado corta y parece cercenada o mal tramada


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