Malice in Lalaland (Lew Xypher, 2010)

Aunque los AVN han eliminado los premios específicos para las películas rodadas en celuloide, todavía queda buena gente que nos trae porno en 35mm. Y no se trata de una productora clásica como Vivid, sino de Miss Lucifer Productions, productora desconocida (al menos, para mí) autora de un all-sex videoclipero bastante atractivo titulado “Hell is Where the party is”. Y, para su estreno con el porno argumental, han echado el resto y han creado “Malice in Lalaland”, una pseudo roadmovie alucinógena con toques de Alicia en el País de las Maravillas protagonizada por la sin par Sasha Grey.


Malice (Sasha Grey) está encerrada en un hospital mental, atada a la cama y apartada del resto de pacientes. Una noche, un extraño personaje (un conejo donnidarkiano) irrumpe en su cuarto, la libera y la ayuda a escapar. Jabbowski (Dirty Fred), conserje/carcelero del sanatorio, saldrá en su búsqueda siguiendo las órdenes de la directora/dominatrix del sanatorio, la doctora Queenie (Andy San Dimas).


Dirán lo que quieran de las cámaras Red One (con las que ruedan las grandes producciones del porno americano en HD), pero la textura, los colores y la calidez que da el celuloide de 35 milímetros todavía no los consiguen los bits: el calor del desierto, la vividez de la carne, la naturalidad y pureza en los matices de los colores... pequeños detalles constantes que otorgan a “Malice in Lalaland” el toque clásico y profesional que se merece una producción tan cuidada, interesante, diferente y de gran nivel como la dirigida por Xypher.


La película, escrita por Xypher y Nikki Heartache, está organizada como una roadmovie con asediador. Sasha se cruza con diversos y peculiares personajes como un fotógrafo fetichista de los disfraces de gato, un perturbado sureño que recuerda al que interpretaba Joaquin Phoenix en “Giro al Infierno” (U-Turn, Oliver Stone, 1999), el propietario drogadicto de un stripclub, unos directores de porno amateur y un proxeneta de sombrero enorme dueño de un estupenda mansión de vicio.


Pero el mejor personaje es el de Jabbowski (Dirty Fred), el perseguidor, un hombre tenaz y sumiso (bajo el yugo de Queenie, otro buen personaje aunque más esterotipado y con menos presencia) que le da un toque de humor y serie B a la trama.


Y a todo este panorama (que incluye una persecución en coche, un paseo por el desierto, un buen juego de armas y, por supuesto, mucho sexo), asiste una incrédula y perdida Sasha Grey en un personaje menos desarrollado que en otros features, pero interesante y bien llevado, destacando como la pieza central que articula toda la trama.


Hay que destacar también la banda sonora original, con buenos temas de rock duro con grupos como Channel Zero, Aguardente o  Sven Van Hees, y el score de Mon's Jegers con guitarra de Dave Wyns, los insertos de animación, y el cuidado y rítmico montaje de Xypher, muy cinematográfico en la parte argumental y, sin dejar este estilo, con toques de videoclip en la parte sexual.


Y, como no podía ser de otra forma, la película está repleta de sexo. Escenas intensas y con fuerza sin incurrir en prácticas extremas que le quitan la mala fama que arrastran los features en cuanto a la parte sexual.


Abren el espectáculo de la mejor forma posible Andy San Dimas, Chayse Evans, Chris Johnson y Danny Mountain, unas dobles parejas estupendas y llenas de morbo fetichista con un sexo enérgico, potente y con fantásticos orales y cumswapping. Mackenzee Pierce y Jesse Capelli hacen las delicias de todos con un buen lésbico sobre el escenario del club de striptease y Keni Styles disfruta de la gran Sasha Grey tras echarle unas cuantas fotos.


Keni vuelve más tarde la que es, posiblemente, la mejor escena de la película (junto a la primera y el trío final) para follarse a dos gatitas salvajes, Juelz Ventura y Sadie West, mientras Sasha se monta un sensual trío lésbico con Alyssa Reece y Kristina Rose. La starlet del año pasado, Kagney Linn Karter, pega un buen polvo (aunque algo incómodo) en la parte trasera del coche de un violento Alan Stafford. Y, para acabar, Phoenix Marie ofrece un maravilloso espectáculo montándoselo por todos sus orificios con Tommy Gunn y Billy Glide mientras Sasha les graba.


Xypher y Miss Lucifer pasarán a las historia del porno moderno con esta película, que tiene muchas papeletas para convertirse en la mejor película del año. Excitante, interesante, moderna y bien hecha, todo un lujo para los amantes del porno argumental y el buen sexo. A la espera de tres de los grandes estrenos del año ("Speed", "Body Heat" y "Bat Fucks"), Malice se posiciona junto a "Rawhide 2" como la clara favorita para triunfar en los próximos AVN.

Lo mejor: El estilo, la profesionalidad del proyecto y el sexo

Lo peor: Sasha tiene poco texto y no se luce lo suficiente en la parte sexual






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