Pure (David Aaron Clark, 2009)

Es muy raro ver eso de "basado en una historia real" cuando hablamos de una película porno. Pero este es el caso de "Pure". El último filme del fallecido David Aaron Clark está basado en la escalofriante historia real de Sada Abe y su amante, que escandalizó y horrorizó a Japón y al mundo entero en 1936. Esta misma historia ya inspiró una película en 1976 titulada "El imperio de los sentidos", de Nagisa Ôshima. Prefiero no contar la historia real ni la trama del filme de Ôshima para que los que aún no hayáis visto "Pure" la veáis como la vi yo: expectante por lo que iba a llegar y que nunca había podido imaginar (al menos, de una forma tan carnal). Simplemente decir, antes de empezar la crítica en sí, que "Pure" es, sin duda alguna, la mejor película X del año pasado y una de las mejores de la década. Una indiscutible obra maestra sobre la obsesión y la posesión.

Sada (Asa Akira) trabaja como telefonista en un prostíbulo fetichista de los Los Ángeles. No es el trabajo de su vida, pero le paga las facturas. En una fiesta conoce a Kichi (Keny Styles), el marido de la dueña del prostíbulo (Jessica Bangkok), con el que empieza una relación en secreto. Lo que comenzará como un simple affair se irá volviendo una relación obsesiva y pasional que se alejará, poco a poco, de cualquier tipo de final feliz.

Salvo contadas excepciones en la parte masculina, todo el reparto del filme es puramente asiático. Clark era un fetichista de Asia y decidió mantener su fetiche en este filme que, aunque se basa en una historia japonesa que pasó en 1936, transcurre en la actualidad en la ciudad de Los Ángeles.

Y lo que nos trae Clark es un thriller psicológico en toda regla al estilo americano pero con muchas influencias del cine oriental. Con un ritmo pausado pero siempre atrayente, Clark nos va introduciendo en la historia y en la mente de Sada, que al principio parece que se va meter en líos por liarse con la persona equivocada y luego vemos que ella personifica los problemas.

Y es que con maestría detrás de la cámara, Clark nos lleva por donde quiere con una sensación constante de tensión incómoda, previendo un desenlace fatal, y expectantes por cómo avanza la historia. Y tras establecer el escenario y el conflicto inicial, la acción y todo el peso de la película se centra, casi por completo, en los dos protagonistas, dejando que Akira y Styles sean los que verdaderamente lleven en peso de la película. Clark se limita a mostrarnos de la forma más interesante y reflexiva la relación de los dos, su transformación psicológica y el profundo pozo en el que se van sumiendo.

El sexo está presente y es protagonista durante todo el filme, bien sea de forma implícita o explícita. Akira y Styles comparten un total de 5 escenas de sexo juntos y la potencia de su sexualidad va en aumento con cada número, yendo ambos cada vez más lejos y contribuyendo a que avance la historia y el desarrollo del personaje de Akira.

Así, el primer encuentro de los protagonistas es sólo una morbosa masturbación de ella a él mientras disfrutan del tremendo espectáculo sexual que dan Mr. Marcus y Lana Violet. Su segundo encuentro va cogiendo fuerza a medida que avanza y ambos actores muestran de todo lo que son capaces follando sin contemplaciones. En la siguiente, más breve, es donde vemos que a Sada le gusta el dolor y el juego fuerte. Antes de eso, Sada invita a Destiny a compartir a la polla de su amante y acaban jugando los tres en una escena oral. Y más tarde, Akira y Kenny juegan fuerte y Asa está apunto de ahogar a su chico. Y, bajo el voice-over de Sada, podemos ver breves instantes sexuales entre la pareja en los que Akira mea en un vaso para deleite de Keny y follan contra el espejo con corrida reflectante incluida.

Pero hay más números sexuales en la película. Destiny, Jessica Bangkok y Lana Violet ofrecen un espectáculo kink-sadolight-fetichista. Tras otra demostración en una fiesta, Jessica Bangkok y Valentino montan potente número oral; Asa Akira es sometida por un perverso Jake Malone por dinero, sin duda, en la escena más perversa de la película, con asfixias, pies y con Asa masturbando analmente a su compañero. Y también tenemos a Bangkok y Styles en una breve escena en el prostíbulo que saca de quicio a Akira. Y todo ello, tras introducir la historia con una escena onírica con una dominante monja encarnada por Lana Violet que somete a una encarcelada Asa Akira.

Un sexo duro, bien ejecutado y editado, con muchos toques kink y fetichistas y, sobre todo, con una impactante química entre los actores, sobre todo entre la pareja protagonista (que hace un fantástico trabajo tanto en la parte sexual como en la interpretativa). Pero, por encima de todo, un sexo muy bien integrado en la trama y que la hace avanzar y la complementa. Y todo termina con una escena más erótica que sexual, magnificamente realizada, que desemboca en lo que es, sin duda, una de las imágenes más impactantes que he visto en el cine.

Clark dejó con “Pure” un estupendo legado para la historia del porno y creó otra gran obra para la serie Prime Evil de Evil Angel, que ya cuenta con obras tan potentes como las tres partes de "Fashionistas", "Brianna Love Sexy Self" o "Merc". Una nueva pieza para uno de los sellos que mejor ha sabido combinar el argumento con el sexo duro.

Lo mejor: la intensidad de la narración y la sangrienta escena final

Lo peor: que Clark no haya podido ver el éxito de su película















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