Digital Sin, la productora hermana de New Sensations, no se ha quedado al margen de la fiebre de las parodias de Estados Unidos y, no contenta con producir una parodia más, el año pasado hizo la que es, posiblemente, la mejor de todas las realizadas desde el inicio de la fiebre. Tras varios problemas con la productora de Expediente X por el uso de la marca, Digital Sin decidió lanzar una versión seria de la serie americana con Anthony Rossano en el papel de Mulder y Kimberly Kane como la agente Scully.
Mulder y Scully deberán investigar una serie de asesinatos que están asolando la ciudad. Seis muertes encarnizadas en dos semanas rodeadas de símbolos satánicos que harán pensar a Mulder que una fuerza sobrenatural está detrás de ellos.
Pocos reproches se le pueden hacer a Sam Haim (alias de Bob Knobb) y Digital Sin con respecto a esta película: interesante, bien narrada, producida, escrita y dirigida, seria, fiel al original, bien interpretada y con un sexo potente. De hecho, el guión y el trabajo del equipo es tan sólido que hubiera sido igual de buena (o, incluso, mejor) sino hubiera sido una parodia. Y es que el hecho de ser una versión te obliga inconscientemente a comparar y recordar el original; quizá el mismo guión sin utilizar los personajes de la serie hubiera sido incluso mejor.
La trama está muy bien planteada. Poco a poco se van descubriendo puntos del misterio y crea bastante bien la intriga haciendo que realmente te intereses por lo que sucede y por cómo terminará todo. Y, además de los personajes principales sacados de la serie, el resto de roles secundarios están menos dibujados pero también bien construidos, funcionando bastante bien tanto el chico satánico como la letal Lilith, interpretada por Ashlynn Brooke.
Y la interpretación está también bastante cuidada. Brooke, sin muchas líneas, consigue irradiar el misterio y el morbo que pide su personaje; Anthony Rossano se muestra comedido y consigue meterse muy bien en el personaje sin resultar histriónico, y Kimberly Kane, aunque logra, ciertamente, una buena interpretación de la agente Scully, no realiza un trabajo tan bueno como para llevarse, como se llevó, el AVN a la mejor actriz, y más teniendo en frente trabajos tan potentes como los de Sasha Grey en “Troath” o Asa Akira en “Pure”.
Y por si todo esto fuera poco, la película cuenta con cinco buenas escenas sexuales. Abre la veda Aurora Snow, últimamente desaparecida (aunque nunca fue muy habitual) en los features, que se tira a un viejales como Rod Fontana en la oficina, en una escena que rompe el ambiente de la película y no viene a cuento, pero que tiene ese punto de vicio que siempre aporta Snow.
La parte sexual sigue con mucha fuerza con un buen trío con Evan Stone, Ashlynn Brooke (de morena) y Audrey Bitoni, y sube aún más de temperatura con una fantástica escena entre Charley Chase y Pike Nelson, mientras Angelica Raven, Gracie Glam y Jackie Daniels observan ansiosas y se tocan. Charley ofrece un tremendo oral húmedo y profundo y después se entrega totalmente, casi todo el rato en reverse cowgirl, en un fantástico rito satánico sexual.
El lésbico del día lo protagonizan Tory Lane y Taylor Vixen, en una tórrida escena que está viendo Rossano en la tele del hotel. Y cierra el apartado sexual la esperada escena entre Mulder y Scully, un número con mucha química entre Rossano y Kane y que, pese a tener un tono más romántico, ofrece una buena dosis de sexo pasional.
“The Sex Files” resulta, así, un thriller muy conseguido y una muy buena parodia (o versión) que pone el listón muy alto a los próximos trabajos de la productora y del resto de compañías. Pese a que ya estamos muy saturados (y hartos) de parodias de series de televisión, obras como ésta hacen que merezca la pena la moda.
Lo mejor: la escena de Charley Chase y la profesionalidad del proyecto
Lo peor: una resolución algo precipitada y que no se vea más a Ashlynn Brooke
P.D. Digital Sin ya está preparando la segunda parte
No comments:
Post a Comment