"The Adventures of Buttman", la película que revolucionó hace veinte años el cine porno al inaugurar y popularizar un nuevo género, el gonzo, es, curiosamente, un filme argumental. Y es que la carencia de argumento no es el sello definitorio del gonzo, sino la inclusión de la cámara y el cámara en el espacio diegético, en la ficción, y la interacción de estos elementos con el resto de personajes. Y eso es lo que hace Stagliano en este filme con la historia de un chico, John, aficionado a grabar con su cámara todo lo que hace y le sucede, y las aventuras y desventuras que le acontecen por ello. Así, todo lo que vemos en la película es lo que registra la cámara de John, la mayor parte del tiempo en sus manos, otras veces inmóvil en una mesa, algo que no debe confundirse con el punto de vista subjetivo del protagonista, ya que la cámara, como máquina, está presente para el resto de los personajes.
Pese a que al principio cuesta ver cualquier parecido entre esta película y un gonzo actual, el filme contiene algunas escenas que inspiraron claramente a la avalancha de realizadores gonceros que llegó más tarde. John y su amigo se van a la playa y hablan con una chica, y le dicen que son de MTV y que si quiere protagonizar un vídeo, para después llevársela a casa y John gravar como se lo monta con su amigo. Al más puro estilo Bangbus (o, para los recién llegados, a lo Callejeros), Stagliano transforma la dimensión en la que hasta entonces se habían visto las escenas sexuales en el cine y hace que los participantes interactúen con la cámara durante el sexo, dejando y alentando que las chicas miren a la cámara, por ejemplo, durante la felación, un clásico del porno actual.
Sin duda, no creo que Stagliano intentara cambiar los parámetros y eliminar el relato de ficción en el porno, sino incluir un nuevo recurso que hiciera sus películas más novedosas y diferentes, y que disimulara, por otra parte, su mala mano como camarógrafo. Y es que Stagliano deja mucho que desear como cámara en esta película, con la gran mayoría de los planos desenfocados y no siempre acertados (aún aceptando que su principal interés sea el culo de las chicas). Además, la parte argumental (que cuenta con un veterano Jaime Gillis y con un joven Randy Spears) desaprovecha sus posibilidades, ya que cuando parece que puede ponerse interesante al ver John algo extraño en sus grabaciones, el tema se resuelve en nada y termina siendo nada más que una anécdota.
Dejando a parte el tema argumental y la importancia de la película en la historia del porno, el filme cuenta con cinco escenas sexuales. Jamie Gillis y Tianna conforman la primera pareja de la película, primero con un breve encuentro en exteriores y justo después con una escena completa en un cuarto. Esta es la única escena que parece estar rodada al estilo cinematográfico y no es hasta el final que nos damos cuenta que todo está siendo grabado por otro personaje. Marc de Bruin y Tonya deVries protagonizan la segunda escena, más goncera, al lado de la piscina. Un jovencísimo Tom Byron se lo monta con Heather Torrance, una impresionante rubia que conocen en la playa. Champagne, Rick Daniels y Randy Spears participan en la escena más cañera de la película tras "secuestrar" a John para que lo grabe. Bionca y Sasha Strange protagonizan el único lésbico de la película, que termina bruscamente ya que John intenta tocar a las chicas. Y, finalmente, el propio John Stagliano deja la cámara grabando para beneficiarse a la tremenda Tracey Adams, en una buena escena que resulta ser la mejor rodada de la película (¿será porque él no llevaba la cámara?)
Así, tenemos una película que está bastante bien sexualmente y que, aunque desaprovecha la parte argumental, que la tiene, introduce un nuevo elemento que da mucho juego en el porno y que supuso una auténtica revolución. Muchos dicen que el gonzo fue una de las causas del declive del porno argumental. Pero, de hecho, el gonzo hizo que una gran parte de realizadores que, favorecidos por la entrada del video, se dedicaban a realizar features de mala calidad se pasaran a rodar videos de sólo sexo. Por ello, aunque disminuyeron los filmes argumentales, la calidad de los mismos dejó de mermar, haciendo que aún, hoy en día, podamos hablar de porno argumental. Larga vida al gonzo.
Lo mejor: su importancia como documento histórico y el reparto femenino
Lo peor: la pobre calidad cinematográfica y el desaprovechamiento de la parte argumental
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