Compulsion (Axel Braun, 2003)

“Compulsion” es una de esas joyas que se encuentran cuando se sale de las principales productoras de features (Vivid, Wicked Pictures y Digital Playground) que aportan aire fresco, diversidad y crudeza al porno argumental. Axel Braun (hijo de uno de los padres del cine porno, Lesse Braun) dirigió este thriller para Elegant Angel en 2003 (de hecho fue el primer feature de la productora), dándole el protagonismo absoluto de la cinta a Kurt Lockwood, Patrick Collins y Ashley Long, secundados por un gran número de interpretes de reparto como Ava Vincent, Avy Scott y Rachel Rotten, entre otros.

Incriminado falsamente de un asesinato en Italia por su socio, Nick (Kurt Lockwood) vuela hasta los Estados Unidos a casa de su padre (Patrick Collins), un mafioso que no quiere el mismo futuro para su hijo y que le podrá ocultar y ayudar en su embrollo. Al llegar, conocerá a la nueva esposa de su padre (Ashley Long) a la que desde un principio rechazará. Mientras su padre se encarga de su problema europeo, Nick y su nueva madre se conocen mejor y se enamoran, hecho que les meterá en serios problemas a los dos.
El guión de Braun es una de las mejores piezas del engranaje de “Compulsion”. Dentro de una reescritura de los parámetros del cine negro, la película tiene unos personajes bien definidos, los hechos bien distribuidos y la presentación de los conflictos llega en su momento justo. La dirección no se queda atrás, y pese a que utiliza recursos muy manidos, aunque efectivos y usados en el cine convencional, el resultado de su filme es excepcional dentro del género.
Los movimientos de cámara son estudiados y con sentido y acierta en la elección de planos en cada una de las escenas (especialmente en los momentos amorosos entre Lockwood y Long, y en las dos últimas secuencias del filme, ejecutadas con maestría). Asimismo, la fotografía acompaña en todo momento la acción: cruda y fría en los fragmentos más duros, y suave y cálida en los instantes de melodrama. La sensación mainstream no abandona la producción en ningún momento y diversas escenas destacan por su particular belleza estética (especialmente la escena automovilística final en el desierto). Hay que destacar también la banda sonora, perfecta para el filme, y en especial la canción de la cabecera, "I'm not afraid", que inicia la película con enorme fuerza e interpreta la mismísima Belladonna.

El sexo mantiene el nivel de exigencia del resto de la producción. Un total de once escenas bien repartidas (aunque no todas especialmente justificadas) conforman la parte sexual del filme: un pequeño gangbang en forma de violación de tres bestias a Ashley Long, cuatro escenas de parejas (Ava Vincent y Kurt Lockwood, Katrina Kraven y Mr. Bigg, Ashley Long y Kurt Lockwood, y Rachel Rotten y Rob Rotten) tres breves solos (dos de Ashley Long y uno de Ramona Luv), un lésbico (Gia Jordan y Aria) y dos tríos (Avy Scott, Ava Vincent y Kurt, y Flick Shagwell, Jay Ashley y Renee Pornero).


En todas las escenas, aunque en unas más que en otras, el sexo es duro, crudo e intenso. Un sexo realista, con pasión y fuerza. Destaca el squirting de Aria sobre Gia Jordan en el club, la pasional escena en la piscina de Ashley Long y Kurt Lockwood y la violación de Ashley por parte de Denis Marti, Jack Spade y Mickey G, una escena difícil de ver por su crudeza y brutalidad.

El apartado interpretativo no se podía quedar atrás. Kurt Lockwood realiza una actuación fabulosa, natural y atractiva, dura y frágil al mismo tiempo. Da vida así a un personaje bien construido que le viene al pelo. Un hombre que lo tiene todo y quiere más, una persona que no teme a nada para conseguir lo que quiere, un pobre inconsciente al que los hechos se le precipitan encima.


Patrick Collins realiza su papel de forma tremendamente efectiva. Frío siempre, controlador e imponente, dirige al resto del reparto con la maestría del que se sabe grande. Y Ashley Long, pese a ser la peor del trío, representa bien su personaje. Frágil, pero consciente de que tiene el poder, muchas veces inexpresiva pero irradiando pasión al mínimo gesto. Sin duda, este trío dirigido por Braun domina el aspecto interpretativo, que flaquea algo más en los secundarios, quizá más por la pobreza de sus personajes (no todos) que por la calidad de sus intérpretes.


“Compulsion” te deja con la sensación de haber visto buen cine y de haber disfrutado de un gran espectáculo pornográfico. Cuidado en todos sus detalles y con más de dos horas de duración, este filme sólo peca en la resolución de su historia, que no es para nada mala, pero es quizá demasiado suave con respecto al resto de la película. Sea como sea, “Compulsión” es uno de esos títulos que nos llega desde el otro lado del Atlántico que no debe faltar en la videoteca de cualquier cinéfilo/pornófilo que se precie. Una maravilla del siglo XXI.

Lo mejor: El trío protagonista y la inmensa calidad del proyecto. Todo genial

Lo peor: un final algo suave y que los efectos de las escenas de los Rotten y Renne Pornero no te dejan disfrutar del sexo









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